domingo, 6 de abril de 2008

VENGANZA de Carmen Amaralis


-Nooooooooooooooooo, no mami, por favor.
Fue el grito desgarrador de Tita cuando su madre agarró la pistola que guardaban en la casa para asuntos de protección.
Para la niña los revólveres eran piezas de terror. Odiaba la violencia, los disparos la ponían muy nerviosa.
Creció viendo obligada la serie de Opalon Kasidi y el Llanero S olitario. Su madrela sentaba frente al televisor para entretenerla, pero allí cada dos minutos había disparos, y los pobres indios americanos caían muertos forrados de sangre.
Esta vez la niña presintió lo peor. La madre estaba enloquecida, una amiga imprudente le vino a contar algo. Era obvio que algo terrible.El rostro de la madre se transformó en una mueca de rabia y dolor.
¿Cómo era posible que su marido la traicionara? No se lo perdonaría jamás.Sin pensarlo mucho corrió al mueble donde estaba guardado el revolver, cotejó que tuviera todas las balas y agarró a la niña por el brazo.
-Vamos Tita, esto se tiene que acabar.
Llegaron al bar a dos cuadras de la casa. La niña lloraba amargamente, mientras su madre la arrastraba del bracito. Dejó a la niña en la puerta, entró, y sin pensarlo dos veces, vació la pistola en el cuerpo del hombre.
La niña corrió al lado de su padre,se le tiró en su pecho.Así la encontraron los policías, con su traje azul pintado de rojo,mientras la madre, rígida, miraba al cielo con una mueca de locura ysatisfacción.

Carmen Amaralis

1 comentario:

Catalina Zentner Levin dijo...

Lola, felicitaciones a la autora por este texto cuya dureza refleja una triste y frecuente realidad.
Un abrazo,
Catalina