lunes, 7 de abril de 2008

LA PESTITA de Cati Cobas


Verano en Buenos Aires. Boedo. Hora de la siesta. "¡Laponia, Laponia helados!", llama el heladero, y opone en el pregón la frescura del helado al viento caliente que mueve las hojas de los plátanos.

Un alguacil sobrevuela la escena y huye del acre olor a acaroína con el que los vecinos pintaron los troncos de los árboles y el cordón de la vereda para alejar el fantasma de la polio.

Se acerca el Carnaval. El camioncito avisa : "hay baile en San Lorenzo"…"damas,gratis" Las abuelas no sacaron sus sillones a la calle: todavía es muy temprano, y espían a través de las celosías entornadas.


-¿Vamos a dar una vuelta a la manzana? ¡Dále, che!-¡No! Pará. Si hay que pasar por lo de la Pestita yo no voy.

-A esta hora no está…llevemos las bicis.

-¿La bici? El otro día me rompió el manubrio y le echó la culpa a Gustavo, el que alquila la sala en casa de la Tana.

-Ése, santo no es. A mí me rompió las tacitas que me trajeron los Reyes. Pero el manubrio, fue ella seguro, de envidiosa…

Santo Temor les inspira la Pestita, Laura para la Pila Bautismal.Vive con unas tías al fondo del inquilinato de Doña Pilar. El padre la dejó con ellas porque su mujer los plantó de un día para otro.Pero los chicos no entienden de traumas psicológicos… Peticita y rubia, hipnotiza a sus víctimas con la fría mirada de sus ojos derata. Flaquita y movediza ataca y escapa veloz. No da tiempo a devolver el golpe, a vengar el arañazo. Lo que más enoja es esa facilidad para escapar y dejar el honor de todos mancillado, hecho pedazos.

-Me contó Vivi que el otro día, se le metió en la casa sin permiso y cuando la madre la echó, la insultó de arriba abajo.

-Pero, si la mamá de Vivi es bravísima.

-Si, pero la Pestita dice que el padre de ella es oficial de policía.


La indignación aumenta como el calor de la tarde.Nadie se anima a subir a las bicicletas. Recostada en el vano de la puerta, la diminuta silueta los congela a cincuenta metros. Los amenaza a distancia con su agitar de manos…ya está por atacar.

-¡Uy, uy, uy! ¡Ahí viene!

-¡Dale, escondete che!

-¿Y si en vez de escaparle la enfrentamos? No puede dominarnos para siempre…

-Tenés razón. Busquemos el palo de escoba con el que mi mamá traba la cancel.

-Llamemos a Gustavo y a la Vivi.

-¡Allá vienen la Negrita, Horacio y Ricardito!

-¡Uy, uy, uy! ¡Ahí está!

-¡Escondete que ya llega!-

¡Esta vez sí que no se salva!


Bien machucada que da la tal Pestita. Como un cuzco lastimado se escapa lamiendo sus heridas. Pero algo es cierto…el padre policía aparece amenazador y grandote, y pide cuentas.

Lope de Vega debe sentirse orgulloso, porque en Fuenteovejuna rediviva se convierte esa calle del barrio de Boedo perfumada con acaroína, mientras el fantasma de la polio ronda amenazante.A partir de este día y para siempre, todos la llamarán Laurita, la Modosa.

Cati Cobas

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