miércoles, 23 de abril de 2008

UNA JORNADA NORMAL de Alix Rosales

A mis sobrinos quienes abren paso en las rocas...

—¡Ramón!, ¡Ramón!, ¡despierta hijo!, ¡levántate!
Esta frase se repitía en su mente hasta cuando estaba en su séptimo sueño.
—¡Ramón!, ¡Ramón!, ¡despierta hijo!, ¡levántate!
Y es que es verdad... ¡debía levantarse!
—...Ya voy...respondió soñoliento y pesado.
—¡Se hace tarde hijo! Yo me voy, la patrona quiere que llegue media hora antes. Sobre la mesa te dejé leche y pan. Con lo que ganes hoy, compra un poco de jamón.
Le dio un beso en la frente y se fue.

Ramón salió momentos después, miraba en su entorno: la ciudad agresiva, ruidosa y soleada como todos los días de Caracas. En el boulevar se encontró con Teresita, una vecina:
—¡Hola Ramón!..Me das una limpiadita... si me dan el trabajo, bueno, si me escogen en la entrevista que tengo hoy...
—Esta bien Teri, no te preocupes, seguramente al verte ¡te darán el trabajo!

Desde una cafetería cercana le llegaba un aroma exquisito de café y cachitos de jamón*. "El jamón, que no se me olvide el jamón".
Más tarde:
—¡Don Lucrecio!, ¿cómo está?, mi mamá me manda a decirle que este mes le paga todo.
—¡Ah...! dile a tu madre que yo espero, pero también me desespero...Mientras tanto, ¡dame una limpiadita ahí!
Pasado el medio día, la competencia entre los "limpia botas" es muy difícil, y todos pregonan su servicio:
"¡Limpiecitos, limpiecitos...como nuevecitos!", gritaba uno.
"¡Como espejos se los dejo!"...decía otro
"¡Servicio barato, barato...!" agregaba otro chico simultáneamente.

Al caer la tarde, Ramón pescó un cliente finalmente:
—... ¡pero me haces una rebajita chamo!*

El chico contó las monedas que había ganado, no le alcanzaba para comprar los 100 gramos de jamón. Al llegar a su barriada, encontró a Inesita sentada en la escalera.
— ¿Qué te sucede Inés, por qué lloras?
—El dueño nos mandó a desocupar, por tercera y última vez... ¿Qué podemos hacer?, ¡nada podemos hacer...!
—No llores...toma, cómprate algo para comer.

Cuando Ramón volvió a su casa, percibió un rico olor de arepas*.
— ¡Hola Mamá, humm...qué bien huele!
— ¿Compraste el ...? La interrumpió — No mamá, traje tristeza y un poco de hambre, que seguramente con las arepas ¡sabrá muy ricas!

Alix Rosales
*Cachitos= Croisan, corneto
*Chamo= chaval
*Arepas= plato tipico, es una especie de torta de maìz precocida, que sirve para acompañar cualquier comida.

1 comentario:

Catalina Zentner Levin dijo...

Un relato extraído de una frecuente realidad sudamericana.
Esto es Colombia, pero puede ser Argentina, Paraguay o Perú.
Abrazos,
Catalina