
En el hospital había un gran revuelo.
Periodistas de todo el mundo esperaban con impaciencia el fin de aquella aventura que había comenzado nueve meses antes y que suponía un gran avance para la ciencia, pero los médicos en el quirófano al practicar la cesárea se encontraron con algo inimaginable:
Del vientre masculino emergía una manita minúscula que portaba una nota:
"No quiero ser famosa, ni que me fotografíen, ni que difundan mi historia ni mi nombre. Sólo quiero ser una niña normal y anónima para el mundo. ¡Por favor, no quiero convertirme en otra Louise Brown…!"
Emma Rosa Rodríguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario